La destilería Ogden’s Own cobró vida el 13 de septiembre con el primer festival de la oscuridad en arte. Grupos caminaban por la verja de la entrada y veían a vendedores, talentos locales de música, y una muestra de la suspensión.
El anfiteatro estaba iluminado brillantemente y el DJ sonaba música gótica bien conocida mientras que las personas bailaban.
Ru Collins, un camarero de Ogden’s Own, dijo que había una gran concurrencia.
“Estoy agradablemente sorprendido que Ogden’s Own haga algo así”, dijo Collins.
Los vendedores alineaban el círculo externo del evento con varios productos como el arte local, lectura de tarot, joyas, artesanías y más.
“Este ha sido un evento muy bueno. He tenido mucha diversión”, dijo Amy Morrison, el dueño de Mystical Market.
En el festival, el armador de cuerda Corvus Cazier mostró a la audiencia dos tipos de suspensión, uno por cuero y el otro con ganchos y cuerda.
La suspensión es una forma de arte oscura que implica conectar a un individuo a la cuerda con ganchos o cuero y después levantandolo del suelo, dejando que colga o baila en el aire.
“Es una experiencia trascendente”, dijo Kat Weeks, una de los participantes colgados en el festival. “Es el acto definitivo de esforzarse más allá de cada punto de comodidad y sacarse a una misma de la cabeza cuando me levanto los pies del suelo para tal cosa, porque es una batalla contra la mente propia”.
Ver a una persona colgada a varios metros del suelo por ganchos en la espalda fue un gran espectáculo. Todos se acercaron mientras que Weeks oscilaba y pateaba alegremente. Parecía que ella lo pasaba bien al moverse en el aire fresco.
Los bandos sonaron heavy metal duro, animando a la multitud a rugir y gritar. Unseen Corners tocaron primero, con dos vocalistas, un bajista y un guitarrista. Saltaban por el escenario sencillo, despertando el interés sobre todo de metal.
Natas Lived fue la banda principal, presentando nu-metal industrial de manera dramática. Llevando disfraces de prisioneros, caras pintadas y máscaras de esqueleto, animaban con gritos y letras estimulantes. Cuando Justin Dummar, el cantante principal, gruñía, la multitud gritaba.
El pulso subía continuamente con cada canción.
“La vibra ha sido muy relajada. Nos gusta”, dijo la participante Rebecca Scovill.