Con Halloween cerca, a muchas personas les gusta compartir sus historias paranormales, y los Wildcats no son diferentes.
La estudiante de la universidad de Weber State, Gissel Santoya, tenía 17 años cuando ella visitó a su familia en California.
“Escuché que mi tía era una bruja mala, y que practicaba magia negra,” Santoya dijo. “Yo estaba escéptica al respecto. No era algo en lo que realmente creía”
Satoya dijo que su mamá le advirtió que no tomara nada que su tía le ofreciera. Sin embargo, ella aceptó una bebida. Santoya se ahogó con la bebida por unos minutos antes de recuperar el aire.
“Se me había olvidado de ello y seguí con mi vida hasta que empecé a tener una tos muy fuerte, tan fuerte que me despertaba y ni siquiera podía respirar”
La madre de Santoya le dijo que ya era suficiente y que tenía que ir al médico. Cuando fue al médico, la trataron como si tuviera una alergia grave. Le recetaron un medicamento genérico para el goteo posnasal, pero no alivió sus síntomas. Seguía tosiendo y tosiendo sin alivio.
“Finalmente, mi mamá pensó que iba a ser mejor si me hiciera una limpieza,” Santoya dijo.
Una limpieza energética es una manera en la que se dice que los sanadores naturales utilizan sus sentidos o clarividencia para limpiar tu energía o espíritu. Los sanadores utilizan sus manos y normalmente objetos para limpiar el aura de negatividad.
“Me frotó un huevo por todo el cuerpo y rezó unas oraciones y, cuando terminó, rompieron el huevo y, dentro de él, vieron lo que parecía un murciélago cubierto con una sábana. Después de eso, mi tos desapareció,” Santoya dijo.
Otro historia de fantasmas viene del profesor de comunicaciones de WSU, Stephen Salmon, un autoproclamado creyente en lo sobrenatural.
Salmon dijo que antes de volver al colegio, trabajó en varios lugares en el noreste, específicamente del norte del estado de Nueva York, con historias de fantasmas, entidades y secretos ocultos donde cosas raras pasaban.
El dijo que mientras trabajaba en un restaurante, él fue al ático para agarrar más tazas de café y tapas.
“De vuelta hacia abajo, la puerta se cerró, y no la podía abrir,” dijo Salmon .
Salmon dijo que nadie estaba cerca de la puerta, pero que él pudo tocar la puerta muy fuerte, y la gente de la cocina fueron y lo ayudaron a salir. Salmon dijo que siempre se contaban historias sobre hechos extraños, como inodoros que bajaban al azar o funcionando y también momentos inexplicables.
Salmon dijo que también trabajó en un teatro embrujado. Era un teatro de vodevil tradicional con muchas historias de cosas raras que ocurrían en las salas del fondo.
“Creo firmemente en los espíritus y en los fenómenos”, afirma Salmon. “He tenido un par de accidentes de tráfico en los que probablemente debería haber sido mucho, mucho peor, pero había alguien ahí fuera cuidando de mí para protegerme, para asegurarse de que estuviera bien”.
MaKaydee Copeland, estudiante de cosmetología, vive en un apartamento de St. Benedict’s Manor, situado en el 3000 de Polk Ave. en Ogden.
“Mucha gente ha tenido experiencias aquí”, dijo Copeland. “Cuando me mudé aquí por primera vez, tuve pesadillas con una silueta oscura que me arrastraba al armario”.
Copeland dijo que ocurrían cosas raras todas las noches hasta que limpió su apartamento. Desde entonces no ha vuelto a tener pesadillas.
“Se me han caído cosas de las repisas”, dijo Copeland. “Las cosas se movían o se caían al azar en una habitación distinta a la mía. He apodado a mi ‘amigo fantasma’ Albert”.
Copeland dijo que el fantasma parece amistoso. Ella dijo que el fantasma ha hecho una pieza de decoración para tocar música por su cuenta, pero ella no está asustada.
“La lavandería está en el sótano, y también hay máquinas expendedoras. Una vez vi a alguien en el reflejo de la máquina expendedora y asumí que era uno de mis vecinos, pero cuando me di la vuelta, no había nadie”, dijo Copeland.
La ciudad de Ogden tiene muchas historias recorriendo sus calles y actividad paranormal sonando entre sus paredes. Velda Stewart, intuitiva jubilada, compartió algunas de sus experiencias.
Stewart se mudó a una vieja casa con su familia, y sintieron algo inquietante en el sótano. Tenía una pequeña repisa que rodeaba la habitación principal. En el borde de la repisa había muñecos y cabezas de muñecos.
“Era realmente espeluznante, y a mis hijos ni siquiera les gustaba bajar, como para ocuparse de los calentadores de agua o la calefacción”, dijo Stewart.
Finalmente, Stewart le dijo al propietario que quería que se llevaran las cabezas de las muñecas, así que los propietarios vinieron, sacaron todas las muñecas y las botaron.
“A los dos días, todo estaba de nuevo allí, todo montado como estaba antes. Dios mío, así que lo dejamos”, cuenta Stewart.
Stewart invitó a cazadores de fantasmas a su sótano, y se sintieron muy incómodos. Dijo que sin duda había alguna actividad allí abajo. Stewart se ha mudado de la casa, pero sigue teniendo experiencias extrañas a veces.